"Con la gente que me gusta"

20.07.2018 02:14

O sobre el comportamiento asertivo

 

El estribillo de la canción “Con la gente que me gusta” del grupo musical español A dos velas, puede ayudarnos a ilustrar buena parte de lo que significa ser asertivo.

Me gusta la gente / que cuando te habla / te mira a los ojos / te mira de frente. / Te dice a la cara /  aquello que siente / y nada se calla y no tiene dobleces / me gusta esa gente.

La Asertividad suele definirse como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás” (A. García)

En otras palabras,  es estar en medio de dos posibles extremos de la comunicación interpersonal: la pasividad y la agresividad.

En el extremo de la pasividad, prevalece el miedo o la culpa. Miedo al rechazo o a la sanción social a costa de nuestros derechos porque creemos, estúpidamente, que los demás importan más que nosotros y que por eso hay que complacerlos. El inasertivo suele ser fácil víctima del chantaje y la manipulación emocional.

El agresivo, superpone a la fuerza sus derechos ignorando los de los demás. En el fondo de esta persona hay inseguridad y poco talento para manejar los desafíos que imponen las relaciones sociales.

¿De qué derechos estamos hablando?

Al derecho de expresar nuestros desacuerdos, a cambiar de opinión, a expresar nuestras opiniones -se ajusten o no a las expectativas de lo otros-, a equivocarnos, a que se nos repete, a un trato digno…

“Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas”. (Ibidem)

Si logramos desarrollar esta habilidad, y practicarla cotidianamente, con toda seguridad estaremos mejor preparados para encauzar nuestras decisiones optimizando los resultados que esperamos, al tiempo que ganamos el respeto de los demás y la confianza y seguridad en nosotros mismos.

Para explicar lo que es asertividad qué mejor que hacerlo con ejemplos. Veamos:

Situación 1.

Un amigo, a quien hemos invitado a almorzar, llega bastante más tarde a la cita convenida sin avisar que se retrasaría. Como estás molesto por la tardanza, tienes las siguientes opciones:

Conducta pasiva. Saludas, y finges que no ha pasado nada.

Conducta asertiva. Le dices a tu invitado, sin alterarte, pero firme: te he esperado casi una hora (si es el caso) sin saber qué es lo que pasaba (Descripción de los hechos). Estoy muy molesto (Expresión de tus sentimientos), hubiera preferido que me avisaras sobre el retraso (conducta esperada). Espero que si vuelve a ocurrir me avises, y entonces veremos qué podremos hacer: o te espero más tranquilamente o cancelamos la cita si algo importante se interpone (Consecuencias)

Conducta agresiva: “No vuelvo a invitarte a nada, eres un desconsiderado, no me importan tus razones, etc.

Situación 2.

Le has prestado un dinero a una compañera con el compromiso de que te lo devolverá transcurrida una semana. Se vence el plazo y ella no te da el dinero y tampoco te dice nada.

Conducta pasiva: te da pena reclamarle el préstamo y te haces el olvidadizo o, lo que es peor, crees que la suma es tan poca que no vale la pena cobrarla, mucho menos si piensas que hacerlo puede ocasionar un inconveniente con tu compañera.

Conducta asertiva: vencido el plazo para pagar el préstamo le puedes decir a tu compañera: “Fulanita, te recuerdo que hoy se vence el plazo sobre el préstamo que te hice. Espero haberte sido útil.

Conducta Agresiva: ¿qué pasó con la plata que te presté? ¿Piensas hacerte la loca? Mira a ver… la necesito hoy…

Sitación 3. (Pero solo de la respuesta asertiva).

Conducta asertiva: Quiero que detengas tus observaciones oblicuas o ambiguas sobre lo que hago o dejo de hacer. Si tienes algo que te preocupa, por la razón que sea, sobre lo que hago o no hago, házmelo saber ahora y lo discutiremos. Tal vez tengas razón y yo esté equivocado en algo. Porque hablando, o mejor, ajustándonos a los hechos, con seguridad lo vamos a resolver.

De lo anterior en fácil deducir en dónde se origina el problema. Probablemente de alguien que no es asertivo o que quizás requiera de un especialista.

 Ahora imaginemos situaciones en donde requeriríamos ser asertivos:

1. Vas a un restaurante y traen tu pedido en malas condiciones: demorado o frío, insuficiente, o mal presentado, etc.

2. Vas a un almacén y mientras intentas indagar con la vendedora por el producto de tu interés, ella,  simulando que te escucha, consulta su teléfono al parecer siguiendo un chat.

Qué harías en cada caso?

En el colegio, en tu casa, con tus padres, con tus hijos, con tus compañeros, en el trabajo, en la calle etc. suelen presentarse toda suerte de situaciones que exigirán de ti una comunicación asertiva. Ten eso muy presente.

Ahora te invito a que hagas memoria de situaciones en las que hubieras preferido ser asertivo.

 

¿Qué hacer para que la asertividad funcione como esperamos?

 

Como primera medida es muy importante tener claro cuál es la meta u objetivo que nos hemos propuesto. Suele ocurrir, que con personas que juzgamos malintencionadas, respondamos emocionalmente buscando compensar lo mal que nos han hecho sentir. Aunque parezca legítimo tomar desquite, o darle su merecido a quien nos viene ofendiendo, persistir en lo que creemos que es la maligna intención del otro, podría hacernos equivocar, al punto de llevarnos a una espiral de malas emociones que no tiene buen pronóstico. Por esto, siempre es mejor referirnos a los hechos. Afirmar que una persona es irresponsable es, a todas luces, apresurado. Otra cosa sería decir que esa persona no cumple con las tareas escolares encomendadas, o con los trabajos asignados, etc. Las personas, en sí, no son irresponsables o responsables; indisciplinadas o disciplinadas; perversas o virtuosas, etc. Son, léase bien,  algunos de sus comportamientos los que pueden recibir esos calificativos, no las personas. Pero aún si aciertas en juzgar que hay malas intenciones en quien te ofende reiteradamente, cíñete a los hechos y no pierdas de vista tu objetivo: verás que, siendo asertivo, lograrás el respeto que te mereces, la aprobación y notoriedad frente a los demás y una buena imagen de ti mismo que fortalecerá tu carácter.

  Asuntos para preparar:

  1. Determinar Objetivos
  2. No hacer juicios sobre intenciones. En otras palabras: evitar las falsas atribuciones.
  3. Ensayar o preparar la respuesta asertiva. Si las situaciones en las que se va a actuar asertivamente producen ansiedad o nerviosismo, valdrá la pena escribir lo que se va a decir y tratar de memorizarlo para ensayarlo en la imaginación o a solas en voz alta.

¿Cómo se aprende el comportamiento asertivo?

En principio, atendiendo, en la cotidianidad de tu vida,  los conceptos vistos y siguiendo las instrucciones que aquí hemos dado. Con nuestros hijos, el aprendizaje del comportamiento asertivo podrá optimizarse ejerciendo como modelos ante situaciones que demanden asertividad y, especialmente, mediante el  juego de roles frente a situaciones simuladas, ya sea en casa o en el colegio.

Con la práctica, el comportamiento asertivo hará parte de tu modo de ser, de tu personalidad.